Aprender a manejar las conductas difíciles de un hijo puede ser un desafío para cualquier padre. El desafío puede ser particularmente difícil si el niño se comporta mal en un lugar público, durante un evento especial o cuando ya hay una situación estresante, como llegar tarde a un encuentro o reunión. Esta conducta por parte de un niño suele generar un sentimiento de frustración o vergüenza en los padres si el niño se niega a escuchar. Estas situaciones pueden provocar una lucha de voluntades entre padres e hijos, y los involucrados pueden terminar sintiéndose estresados y abrumados.
Las conductas difíciles no necesariamente tienen que terminar en lágrimas. Con cierta planificación y preparación consciente, los padres no solo pueden manejar una conducta difícil, sino también prevenirla. Los siguientes consejos e información le ayudarán a desarrollar un plan de comportamiento que funcione para su familia. Tenga en cuenta que quizá deba probar más de una estrategia hasta encontrar una, o una combinación de estrategias, a la que su hijo responda y comprenda mejor.
La Diferencia entre Castigo y Disciplina Positiva
El castigo es una solución inmediata, pero de corto plazo, a un problema de conducta y, con frecuencia, puede hacer que estos conflictos empeoren a la larga, ya que el castigo se basa en el poder, no en la comprensión. Los niños responden a las señales de un adulto en lugar de desarrollar sus propias habilidades para comprender las reglas sociales para monitorear y controlar su propio comportamiento.
Aprender a auto-controlarse es un hito importante del desarrollo del niño. Los niños comienzan a desarrollar su independencia desde que son pequeños, tal como es evidente cuando tienen berrinches o anuncian en voz alta: “¡Yo lo hago!”. Por este motivo, el castigo suele generar una lucha de voluntades entre niños y padres: el foco de atención se centra en el poder que tanto el padre como el niño quieren tener.
Por otro lado, la disciplina positiva se basa en la orientación y la enseñanza. La disciplina positiva conlleva más trabajo y paciencia, pero conduce a efectos positivos a largo plazo en la conducta del niño. Cuando los padres reconocen las emociones de su hijo, identifican la causa de la conducta y guían a su hijo hacia una respuesta o solución adecuada, se genera un aprendizaje. Con el tiempo, los niños comenzarán a controlar sus emociones y responder de manera apropiada en situaciones sociales mediante una orientación mínima. A medida que se desarrolla esta independencia, el manejo de la conducta se convierte en la responsabilidad del niño, en lugar de los padres.
Padres en el Papel de Maestros
La conducta positiva es parte del desarrollo social y emocional del niño. En nuestro blog anterior, Soluciones Creativas para Guiar Conductas (enlace a continuación), hablamos sobre la importancia de construir una relación amorosa y de confianza con los niños desde la infancia en adelante. Cuando un niño tiene relaciones sólidas con sus padres, son más propensos a confiar y aceptar su guía.
Determine qué expectativas tiene con respecto al comportamiento de su hijo y sea tan coherente como pueda a la hora de implementarlas. Las expectativas deben basarse en la edad y la capacidad de su hijo de comprender el concepto de causa y efecto. Los niños suelen comenzar a demostrar conocimientos de lógica entre los dos años y medio y los tres años de edad.
Algunas veces, existen consecuencias naturales cuando los niños se comportan de manera inadecuada (“Si tiras tu bocadillo al suelo, no quedará nada más para comer”). Otras veces, necesitan crear una consecuencia lógica que se relacione de manera directa con la conducta (“La pala se usa para cavar en la arena. Si la usas para golpear, entonces tendré que ponerla en tiempo fuera”).
Las conductas difíciles generalmente tienen que ver con la necesidad de llamar la atención. Advierta las conductas deseables de su hijo y dedíquele un momento para jugar juntos todos los días, aunque tan solo sean 15 minutos. De esta manera, su hijo entenderá que es el comportamiento positivo lo que atrae la atención de sus padres. Cuando llegue a casa al final del día, dedique unos minutos a compartir un libro, jugar a la pelota al aire libre o participar en una actividad que su hijo disfrute.
Ayude a su hijo a identificar emociones y practicar expresarlas de modos positivos. Pueden cantar canciones, como “Si eres feliz y lo sabes”, o leer libros sobre emociones, como Así me siento yo de Janan Cain, o Llama Llama Mad at Mama de Anna Dewdney. También pueden practicar hacer caras frente al espejo o dibujar personas que están felices, tristes o enojadas. Un mal manejo de las emociones es la causa de la mayoría de los problemas de conducta, por lo que enseñarles a los niños sobre los sentimientos a menudo puede evitar los comportamientos difíciles.
Por último, la mejor manera de enseñarle a su hijo a manejar sus emociones en forma adecuada, resolver conflictos y demostrar conductas positivas es poner en práctica lo que le enseña. Sea un modelo a seguir de las expectativas que tiene para el comportamiento y las interacciones sociales de su hijo. Como una vez dijo el psiquiatra Carl Jung: “Si deseamos cambiar algo en un niño, primero deberíamos examinarlo y ver si no es algo que, a lo mejor, deberíamos cambiar en nosotros mismos”.
Consejos y Estrategias de Orientación
- Todos necesitan recordatorios. Conserve la calma cuando necesite explicar una regla o expectativa varias veces. Recuerde que los niños aprenden a través de la repetición. Explique por qué esa regla es importante para intentar que sea más significativa y fácil de recordar. Por ejemplo, “No es seguro que vayas a buscar la pelota a la calle porque quizá una persona que está manejando no te vea. Si la pelota se va a la calle, dime y yo te ayudaré”.
- Prepare el escenario para el éxito. Cuando vayan a un lugar como una tienda, un parque, un banco o la casa de un amigo, explique sus expectativas primero. Tómese unos minutos en casa para decir: “Iremos a la tienda. Cuando estacione, necesito que te quedes en el carro hasta que diga que es seguro salir. Espero que te quedes junto al carrito de compras donde pueda mantenerte seguro. Solo compraremos las cosas que tengo en mi lista hoy”. Cuando lleguen a la tienda, repita sus expectativas una vez más antes de bajarse del auto. Si los niños piden dulces u otros artículos en la tienda, con calma dígales: “Recuerden que hoy solo compraremos las cosas de mi lista. Eso no está en mi lista”.
- Capte la atención de los niños y hágalos participar en tareas rutinarias con imágenes. Necesitará fichas o papel blanco, una perforadora, un poco de hilo, pegamento e imágenes de Internet relacionadas con la rutina. Imprima las imágenes de Internet y péguelas en una ficha o una hoja de papel, luego haga una o dos perforaciones de un lado y encuadérnelas con el hilo. Puede usar estas imágenes como pistas visuales que involucran al niño en lo que usted está haciendo y lo mantienen ocupado. Por ejemplo, puede recolectar imágenes de los productos que compra regularmente en el almacén. Cuando vayan a la tienda, su hijo puede sostener el libro de imágenes y ayudarle a encontrar los artículos de la lista. Puede usar cuadros o libros ilustrados para describir la rutina diaria. Puede hacer participar a su hijo mediante las preguntas: “¿Qué hicimos recién? ¿Qué haremos ahora?”.
- Esté preparado para los colapsos. Le sucede a cada padre en algún momento, por lo que no hay de qué avergonzarse. Concéntrese en lo que su hijo necesita en lugar de preocuparse por cómo podrían reaccionar otras personas. Si no presenta riesgos, deténgase y dé al niño un momento para que se calme. Coloque un elemento de apego, como su juguete o cobija preferida cerca del niño y dele un poco de espacio. Mientras espera que se tranquilice, piense en el motivo que provocó esta conducta. ¿Está cansado? ¿Tiene hambre? ¿Estuvo hace poco con alguien que cede ante los berrinches y, por ende, cree que puede obtener lo quiera de esta manera? ¿La tienda es muy ruidosa, luminosa o estimulante? Comprender qué causa dicha conducta puede ayudarle a evitarla en el futuro. Una vez que esté calmado, reconozca sus sentimientos, agradézcale por haberse calmado y hable de lo sucedido.
- Use el lenguaje de señas americano (ASL) con su hijo. Algunos niños que aún están desarrollando sus habilidades verbales, como los bebés, los niños pequeños, o un niño con una necesidad especial que afecta su capacidad de hablar o escuchar, pueden recurrir a mordidas, pellizcos, golpes, patadas o empujones para comunicarse. Enséñele a su hijo ASL para construir sus habilidades comunicativas y reducir su nivel de estrés, frustración o enojo. Puede comenzar con algunos conceptos básicos como: comer, leche, más, detenerse y baño. Puede obtener más información y recursos en nuestro blog sobre Lenguaje de Señas para Bebés (enlace a continuación).
- Jueguen a “Manos Rápidas” para difundir el enojo. Cuando tenga unos minutos libres con su hijo, pueden jugar a Manos Rápidas. Desafíelo a poner sus manos detrás de la espalda y aplaudirlas más rápido que usted. Explique que cada vez que escuche la palabra “manos”, tiene que poner las manos juntas detrás de la espalda. Invente una breve historia que tenga la palabra “manos”. Explique a su hijo que cada vez que esté furioso, puede jugar a Manos Rápidas. Si ve que su hijo se enojó, diga: “Juguemos a Manos Rápidas”. Este juego le permitirá apretar los puños, al mismo tiempo que evita golpear o empujar a alguien (el juego Manos Rápidas es una cortesía de la Dra. Ann Corwin; enlace del video a continuación).
- Fomente la independencia. Permita que su hijo tome decisiones cada vez que sea posible y que ayude con pequeñas tareas domésticas. Al realizar pequeñas tareas satisfactoriamente, su hijo desarrollará su autoestima y confianza. Comenzará a verse a sí mismo como alguien competente y capaz. Su hijo se sentirá orgulloso de sus logros y se interesará más por manejar su propia conducta. Para obtener ideas sobre tareas que pueden hacer los niños, lea nuestro blog Tareas Acordes a la Edad (enlace a continuación).
- Firmen un contrato de conducta. Si su hijo tiene una dificultad con alguna conducta en particular, como pelear o mentir, reúnase con él y establezcan un contrato de conducta familiar. Hable sobre sus expectativas, pregunte por qué manifiesta esa conducta, e intercambien ideas sobre la mejor forma de manejar la situación. Involucre a su hijo en el proceso de determinar por qué tiene esa conducta y desarrollar soluciones más convenientes. Escriba el contrato. Comience por escribir esos objetivos, siga con lo que el niño acepte hacer y, por último, lo que hará usted para apoyarlo. Ambos deben firmar el contrato. Esto le brinda a su hijo la oportunidad de considerar sus acciones y ser responsable de su propio comportamiento.
- Practiquen respiraciones profundas. Todas las noches, antes de ir a la cama, hagan respiraciones profundas con su hijo. Explique que cuando sentimos emociones fuertes, como enojo, frustración o tristeza, podemos hacer inhalaciones profundas para ayudar a nuestro cuerpo a relajarse. Intenten respirar como un conejo haciendo dos inhalaciones cortas por la nariz y una exhalación larga por la boca. Al enseñarle esta técnica a su hijo, le está ofreciendo una herramienta para usar cuando necesite calmarse en situaciones estresantes. También puede utilizar este método para calmarse cuando se sienta frustrado por el comportamiento de su hijo.
- Bailen o realicen ejercicios físicos. Si nota que su hijo tiene un día difícil, sonría, ponga su canción favorita y comience a bailar. También pueden salir a lanzar o patear una pelota, o lanzar una esponja adentro de casa. Hacer ejercicio físico durante unos minutos abre los pulmones para movilizar el oxígeno y liberar endorfinas que mejorarán el estado de ánimo de su hijo.
- Retire los privilegios vinculados a la conducta. Si la conducta difícil se relaciona directamente con un objeto o actividad, retirar ese privilegio puede ser una herramienta efectiva. Por ejemplo, si su hijo está usando su tableta o computadora para acceder a sitios web inapropiados, o pasa demasiado tiempo jugando videojuegos, entonces puede retirar el dispositivo por un tiempo o usar controles parentales para bloquear sitios no deseados y limitar el tiempo de uso del dispositivo.
- Cree una palabra clave. Usted y su hijo pueden inventar una palabra clave para usar cuando ambos se sientan abrumados y necesiten estar un poco solos. En ocasiones, resulta difícil para los padres y los hijos ser sinceros sobre la necesidad de tomar un descanso porque les preocupa lastimar los sentimientos del otro, pero aprender a dar un paso atrás para alejarse de una situación es una habilidad importante. Póngase de acuerdo con su hijo sobre cuándo y cómo usar la palabra clave. Por ejemplo, “Iremos a la casa de Frank para el Día de Acción de Gracias. Sé que puede haber mucha gente y ruido. Si llega a ser demasiado y necesitas un descanso, entonces usa la palabra clave y encontraré un lugar cómodo y tranquilo donde puedas leer o dibujar”.
Para obtener más información, explore las referencias y los recursos que figuran a continuación.
- Center on the Social and Emotional Foundations for Early Learning (Centro sobre los Fundamentos Sociales y Emocionales para el Aprendizaje Temprano): Herramientas para la familia
- Comportamientos desafiantes: bebés y niños pequeños de cero a tres
- Disciplinando a su hijo, de KidsHealth®
- Disciplinar a un niño con necesidades especiales, de KidsHealth®
- Descargar contratos de conducta entre padre/madre e hijo, de Understood.org
- Juego Manos Rápidas, de la Dra. Ann Corwin (Video)
- 4 ejercicios de respiración para niños, de Liz Bragdon
- Cómo moldear y manejar el comportamiento de su niño pequeño, de HealthyChildren.org
- Tarjetas de pistas para la crianza: disciplina positiva, de GreatSchools.org
Recursos sobre el Comportamiento de Children’s Home Society of California (CHS)
- Tareas domésticas adecuadas a la edad (Blog)
- Manejo del enojo para usted y su hijo (Blog)
- Lenguaje de Señas para Bebés (Blog)
- Soluciones creativas para orientar la conducta (Blog)
- Folletos del Programa de Educación para las Familias sobre desarrollo infantil
- Podcasts del Programa de Educación para las Familias
- Cómo ayudar a su hijo a socializar con otras personas (Blog)
- Presentaciones interactivas en línea